El valor de la fe





A veces pensamos que no podemos creer en nada ni en nadie, pero todo ser humano necesita creer en algo, así sea en sí mismo para alcanzar sus metas. 

Para algunos la fe es un misterio, para otros una ilusión, pero la verdad es que es algo innato del ser humano. Las personas, aunque no lo reconozcan, tienen la necesidad de creer en algo o en alguien que les sirva como apoyo en su vida.

La biblia en hebreros, capítulo 11  versículo 1 cuenta que la fe es ”la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”. La fe es una convicción, es actuar conforme a nuestras ideas y pensamientos. Es hasta que decides tener fe, cuando comienzas a ver las grandes obras que puedes lograr en tu vida.

Sin la fe, ninguno de los grandes inventores de la historia hubieran logrado hacer funcionar sus experimentos. Sin la fe, los problemas nos consumirían y no encontraríamos solución. Sin la fe no podríamos realizar ninguna actividad por la creencia de que no podemos.


La fe es confianza

La fe es tan poderosa que si a pesar de los problemas la conservamos, podremos encontrar una solución a las dificultades, veremos como todo se arregla, todo se resuelve de la manera menos pensada. 


Esto solo sucede cuando actuamos correctamente, cuando vivimos el momento presente haciendo el bien a los demás y a nosotros mismos. Obrando de  esta forma ya no somos nosotros los que nos preocupamos por nuestros asuntos, si no es Dios quien se encarga de una forma extraordinaria de nosotros, como un padre cuida a sus hijos.

La fe en Dios nos aclara la mente, nos da una perspectiva diferente de la vida y nos da posibilidades para ser plenamente felices. Esto no significa que por tener fe todas las cosas vendrán instantáneamente a ti. 

Significan que vendrán en el tiempo que Dios lo permita. Si no, no sería vivir por fe. ¿Quieres crecer en la fe? Toma la decisión de creer que si Dios dijo  algo es porque él lo hará.

Los frutos de la fe a veces se ven en forma de pequeñas casualidades, que en verdad no son casualidades sino la mano de Dios en nuestra vida. Las personas necesitan una roca, algo que los mantenga en pie a pesar de todo. 

El que no tiene fe en Dios, es como las olas del mar, que te llevan de un lado al otro sin saber a donde vas. El que no tiene fe los demás lo manipulan a su conveniencia, no tiene ideas claras ni la fuerza necesaria para seguir adelante.

Atrévete a tener fe. A veces los jóvenes piensan que la vida en Dios es aburrida, pero no es así, Dios solo quiere ensanchar tu corazón al amor, quiere generarte alegrías duraderas, no como cuando te regalan un celular, por ejemplo y la alegría se te pasa en unos meses. 

Dios quiere brindarte una juventud sana, feliz, sin culpas, sin remordimientos, que después pesan en el alma como heridas permanentes en el corazón. 

Convéncete de que en la vida no existen las casualidades, es la fe la que mueve el mundo, es la fe en la vida, en tus capacidades y principalmente en Dios, lo que hará que tu vida valga la pena.


 En este momento tienes una sola vida, gástala bien. No pierdas la fe.  


   Daniela Chango


@danichango92                   


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